¿Y ahora qué?
Los vecinos de El Portalillo se sienten "engañados" al recibir denegada la solicitud de ayuda por las pasadas inundaciones.
Ésa es la pregunta que se hacen los vecinos de El Portal y El Portalillo tras recibir por carta la denegación de las ayudas por las inundaciones. Incertidumbre, nerviosismo y mucha desesperación es lo que se vive estos días en la barriada rural. Y no es para menos, porque esta misiva ha 'revuelto' el ánimo entre los vecinos y los recuerdos más desagradables de la riada. Mientras tanto, a los que aún no les han confirmado la negación de la ayuda mantienen la esperanza de no ser un número más en la 'lista negra'.
"¿Alguien me puede decir qué debo hacer ahora? ¿A dónde me tengo que dirigir? Madre mía, esto ha sido un golpe muy duro, ¿y ahora qué?", se preguntó ayer Ana María Sánchez, una vecina de El Portalillo que muestra nerviosa la carta en la que le explican que le han denegado la ayuda. La respuesta negativa a su petición viene porque meses antes de las inundaciones se empadronó en Jerez "para ayudar a mi hijo en unos asuntos, ¿qué iba a hacer si me necesitaba", comentó. Al figurar su vivienda en la ciudad, su casa en El Portalillo pasó a ser para la Administración su segunda vivienda. "Yo no sabía que esto podía ocurrir, vivo aquí desde que nací hace 57 años y nunca he cambiado de domicilio", apuntó Ana María. En su casa, la ropa aún sigue amontonada por los rincones porque no tiene armarios, los muebles tienen las marcas del agua y lo poco 'nuevo' que se ve es prestado por su familia. Indignada ya no se cree ninguna "palabra bonita" de los políticos, "de nadie me creo nada, nos han engañado".
Teresa Pan es una de las vecinas que aún esperan noticias. Recientemente le llegó una carta en la que le pedían más documentación que la presentada hace meses. "Ya he mandado los papeles pero el miedo lo tengo en el cuerpo. Es un sinvivir estar así, no sé cuándo podré dar por terminado este asunto, aunque los recuerdos del día de la inundación los tengo muy presentes", señaló la afectada. Teresa no tenía seguro en la vivienda, algo que "con mucho esfuerzo" están pagando ahora por temor a una nueva riada. Pero la vida en su casa no es nada agradable. "Somos cuatro y todos estamos en el paro, mi casa sigue desbaratada, se ven las manchas de humedad y lo poco que entra es para comer. No sé qué haría si mañana me viene la ayuda denegada, me tiemblan las piernas nada más con pensarlo".
A su lado está Rosario Gallardo, una vecina que ha podido arreglar la vivienda gracias al seguro que tenían contratado. A pesar de tener ese ingreso tras las inundaciones, Rosario y su marido solicitaron la prestación para salir adelante de este caos, "y aún no tenemos respuesta", comentó. Esta vecina también criticó la actitud de una asistenta social que "con mucha guasa me dijo que no me preocupara, que yo iba a coger un buen dinerillo con el seguro y que para qué necesitaba la ayuda. Señores, el seguro no es ningún regalo, para eso lleva mi marido 14 años pagándolo".
Otro vecino que echa un vistazo cada segundo al buzón es Antonio Fernández. En su casa el agua superó el metro de altura y aunque espera con cierto optimismo la respuesta a su solicitud, duda mucho del trabajo del Ayuntamiento. "Aún estoy esperando la 'famosa' carta, espero no tener una negativa a mi petición. Pero vamos, que esto llega con un retraso increíble, de hecho, creo que están esperando a que llegue otra riada para pagar las dos ayudas a la vez", declaró el vecino con tono irónico.
Con carta en mano o esperando su llegada, en lo que sí están de acuerdo todos los vecinos es que la actitud de la Administración no ha sido la más adecuada. Se sienten utilizados por el gobierno en los momentos más duros de la catástrofe, "se metían en nuestras casas cuando había cámaras y periodistas, nos prometían ayudas que no llegan o nos deniegan, nos 'comían' la cabeza con palabras solidarias y muy bonitas que sólo se han quedado en eso, en palabras", señaló defraudada Teresa.
En este escenario lleno de 'barro', la delegada de Medio Rural, María del Carmen Martínez, quiso ayer explicar la situación actual en la resolución de las ayudas. Aunque, a día de ayer, aún no había visto ninguna carta en la que venía denegada la petición, Martínez aseguró que "si es así tendrán sus motivos" y quiso echar balones fuera al recalcar que el Ayuntamiento "sólo" se limitó a "tramitar las solicitudes, es el Estado quien regula este proceso. Si viene denegada es porque no cumplen los requisitos del Real Decreto".
Entre los motivos que han podido acarrear una respuesta negativa están el sobrepasar el baremo establecido en la declaración del IRPF del año 2008, no ser ésta la primera vivienda y tener ya un seguro contratado.
La delegada también quiso poner de manifiesto que el gobierno local "ha hecho todo lo que está en su mano" para ayudar a las familias afectadas. "Respondimos en tiempo real con todos los equipos de emergencia y eso también nos ha costado mucho dinero, cumplimos con la promesa de llevar cuadrillas de limpieza a la zona, se han repuesto tuberías...", recordó Martínez, quien resaltó que el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo económico "muy importante" que ha supuesto una inversión de más de 2 millones de euros. "Eso también han sido ayudas para los afectados aunque no de forma directa, pero claro, eso ahora no se ve".
Ante la llegada de un nuevo invierno, la delegada reconoció que se ha hecho "todo lo humanamente posible" para limpiar el río. "Los políticos no decidimos qué hacer, son los técnicos los que saben de estos temas", apuntó Martínez, quien recordó de todas formas que se han talado 700 árboles para aumentar el cauce y se ha realizado un "pequeño" drenaje para que el agua baje "unos 30 centímetros".
A pesar de los esfuerzos, la delegada señaló que "han quedado cosas, pero ahora no hay recursos para esos proyectos faraónicos". A la espera de nuevas noticias, Martínez recalcó que "no hay que olvidar que la mayoría de estas casas son ilegales por estar ubicadas en zona inundable y el Ayuntamiento siempre ha intentado dar respuestas. De hecho, nuestro objetivo es realojar a los vecinos, pero sabemos que es una situación complicada". Mientras que se construyen las nuevas viviendas, los vecinos desean que este año la lluvia les deje disfrutar de una Navidad sin estar continuamente mirando al cielo.
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