David Fernández (Diario de Jerez)
"ANTES éramos una isla rodeada de capullos y ahora los capullos estamos dentro".
Haciendo juego de palabras con el lema favorito que empleaba Pacheco para denunciar el escaso compromiso de las administraciones gobernadas por el PSOE con Jerez se expresaba un miembro del gobierno local días atrás al recordar la ausencia de los grandes proyectos de la ciudad en los presupuestos del Estado y de la Junta de Andalucía para 2011.
Lo dijo, tras conocer que el Festival de Jerez ha sufrido un importante recorte debido a la crisis por parte de la Consejería de Cultura, porque este año electoral se juegan el ser o no ser. Recorte que ha sido la gota que colmó el vaso de la paciencia. El ajuste lo hizo público Paulino Plata el pasado lunes en Villamarta durante la presentación del cartel, eso sí, después de garantizar que el apoyo al certamen se mantendrá "inalterable".
Al final serán 127.000 euros los que aporte la Junta para patrocinar la muestra, una cantidad irrisoria si se compara, por ejemplo, con las ayudas a la producción de espectáculos que nacen y mueren el mismo día de su estreno. Pero la culpa de que las instituciones no se tomen en serio a Jerez no la tiene Plata: "¿Sabes qué pasa? Que Jerez no araña", reflexionaba un dirigente del Gobierno andaluz a propósito de su nulo peso en las partidas de la Junta. Cádiz en cambio araña y de qué manera, sólo hay que ver las cuantiosas partidas que le destinan, añadía.
Ahora bien, ¿cómo queremos que Junta y Gobierno se vuelquen con la Ciudad del Flamenco, el Guadalete, la Ciudad de la Justicia, el segundo hospital..., si no nos lo creemos? ¿Cómo, si el propio gobierno local dice que es lo mismo que el Año Mundial del Flamenco se celebre en 2013 que en 2014? ¿Cómo, si algunos delegados gastan bromas sobre la paralización de la Ciudad del Flamenco? ¿Cómo queremos que se impliquen con Jerez, si hay concejales más preocupados de colarse en la visita de los Príncipes que de gestionar sus recursos?
Ni los propios políticos se creen ya el manido discurso de la industria cultural, del potencial del flamenco para generar empleo y riqueza, y emiten sus discursos con palabras que huecas, que los jerezanos aún no se creen. Muchos ciudadanos, porque nadie les abrió los ojos, siguen asociando el flamenco con la juerga y el señorito. Por tanto, si a los jerezanos les da igual que se les caiga una Ciudad del Flamenco aún sin cimientos y sus gobernantes locales no aprietan -por no hablar de la oposición-, Gobierno y Junta aplican las rebajas sin presión alguna. Y mientras se refieren a la Ciudad del Flamenco como un proyecto "megalómano", Cádiz, más allá del color político, sí ha sabido poner al Gobierno central y al de la Junta a sus pies, de lo cual hay que alegrarse. Allí ningún proyecto se tilda de faraónico, aunque cueste 300 millones de euros. Allí sí arañan.
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